Pro-aging, el término que revoluciona el objetivo de la cosmética. 

Los parámetros sociales de belleza se van modificando a través del tiempo, cambian junto con las modas y las distintas culturas. Durante años, hemos escuchado, leído y aceptado el término anti-age. Un cambio de mentalidad es indispensable para empezar a practicar el pro-aging. Te contamos todo en este artículo.  

La lucha contra el paso del tiempo…Una batalla perdida. 

La belleza no necesariamente debe ser estética, ni estática, sino que es cambiante y depende de cada ojo y cultura. 

Independientemente de lo que la sociedad considere bello, hay un término que circula desde hace muchísimos años: anti-age o, su traducción exacta, antienvejecimiento. 

Hay algo de lo que estamos seguros: el paso del tiempo es inevitable. Luchar contra el efecto que el paso de los años va dejando sobre nuestra piel, es una batalla que hemos perdido hace tiempo. 

Lamentablemente, no hay forma de frenar la aparición de arrugas, surcos, manchas, flacidez y muchas otras marcas, que la vida misma nos va dejando. 

La cosmética no solo tiene como objetivo la prevención de ciertas enfermedades como el cáncer de piel, sino que históricamente se ha centrado en extender lo más posible la juventud. 

Hoy, con la llegada de los movimientos body positivity y de aceptación, el término anti-age se ha quedado en la historia. Ya entendimos que es imposible luchar con los efectos que el paso del tiempo tiene sobre nuestra piel. 

Pro-aging, una forma de convivir con nosotros mismos y nuestra naturaleza. 

La percepción que tenemos sobre el envejecimiento es clave para entender si hace falta trabajar en un cambio de mentalidad. 

Se ha demostrado en varios estudios que, nuestra actitud frente al paso de los años, influencia nuestros comportamientos, psicológica y biológicamente. Impresionante ¿no?

Percibir y aceptar nuestra propia edad y el paso de los años, también nos hace adoptar rutinas mucho más sanas en el día a día.

Así nace el término pro-aging o pro-edad, con una nueva percepción sobre el paso del tiempo. 

Por un lado, se deben aceptar los cambios que el envejecimiento genera sobre nuestra piel, pero sin dejar de lado el hecho de que nos encanta cuidarnos y mimarnos. Una buena rutina de cuidado de la piel la deja humectada y protegida.

El pro-aging va de la mano con el concepto de ralentizar el efecto del paso del tiempo en nuestro cuerpo. Ya sabemos que evitarlo, es imposible.  

El eje del pro-aging es, principalmente, no obsesionarse con las arrugas. Las mismas van a aparecer porque el paso del tiempo es inevitable y nos afectará a todos.  

Y ahora va la pregunta clave del pro-aging: ¿Cuál será nuestra actitud frente a esto? 

La respuesta a esta pregunta tiene un fuerte factor psicológico. Para poder practicar el pro-aging, es muy necesario aceptarnos y considerarnos siempre nuestra mejor versión.

Solo así podremos incorporar y mantener rutinas diarias para proteger la piel, sin obsesiones o esperando resultados que nunca llegarán. 

Centrarnos en trabajar y poder lograr satisfacción en el reflejo que nos devuelve el espejo, es la única forma de envejecer feliz y sano.  

Poder trabajar en la aceptación hacia nuestra propia imagen, nos deja en claro que el primer amor siempre debería ser el propio. 

La mejor forma de sobrellevar nuestros complejos es con simplicidad, haciéndolos parte de los que somos. El castigo y la obsesión no hacen más que alejarnos de lo que queremos ser.

Hoy la vida nos encuentra +simples y -complejos.

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