TATUAJES: ¿Cómo cuidarlos? 

Cuando terminas de hacerte un tatuaje, tu tatuador te da una serie de recomendaciones para su cuidado: desinfectar y humectar. Sin embargo, hay cuidados previos y posteriores que podés incorporar para mantener el diseño y color como el primer día. Te lo contamos en este artículo. 

Los tatuajes tienen una larga historia. En un principio, se usaban por delincuentes y bandas criminales, pero ahora se considera una expresión de arte y la mayoría de las personas tienen al menos uno. Dependiendo del país, entre el 10 y el 32% de los habitantes, están tatuados.

El proceso de tatuar consiste en introducir, con una aguja, el pigmento elegido en la dermis. Una máquina automática pincha unas 100 veces por segundo. El pigmento se deposita en una profundidad de 1.5 a 2 mm por debajo de la superficie de la piel.

Con el paso del tiempo, el pigmento de la tinta comienza a profundizar más en la piel. Dando esa apariencia borrosa y desteñida en los tatuajes con muchos años.

Definitivamente, el proceso de tatuarse genera un daño temporal en la piel, tanto física, como funcionalmente. 

La barrera de defensa e hídrica de la piel, se rompe. Aumentando la porosidad y la pérdida de agua.

Nuestra piel responderá de la siguiente manera: 

  1. Formación de un coágulo para detener el sangrado.
  2. Aparición de un edema, dando lugar a la inflamación del área afectada. 
  3. Activación de nuestro sistema inmune. Se produce una migración de neutrófilos y macrófagos que se encargan de fagocitar toda sustancia extraña, células y microbios. 

En la mayoría de los casos, esta herida se cierra exitosamente sin circular por mayores complicaciones en un tiempo de unas 2-3 semanas. 

En otros casos, esta herida puede ser la puerta de entrada a infecciones. Se cree que alguna reacción cutánea como irritación, infección, retraso en su curación y/o picazón, pueden aparecer en un 15-68% de los casos, afectando los plazos de recuperación y la apariencia final del tatuaje.

El trauma provocado por el sangrado es algo inevitable. Sin embargo, la formación de costras y el camino a la total recuperación de la piel, puede mejorarse con el cuidado apropiado.

Además, incorporar otros hábitos ayuda a reducir la inflamación, el edema, el riesgo de sufrir una infección y la picazón. 

Las buenas rutinas de cuidado de la piel, facilitarán la restauración y función de la piel. Al mismo tiempo, logramos una mejor conservación de los colores y líneas del tatuaje. 

En la mayoría de los casos, el cuidado del tatuaje consiste en aplicar una fina capa de crema humectante en la zona tatuada, 2-3 veces por día. 

Idealmente, la crema que uses debe estar libre de fragancias, parabenos, alcohol o cualquier ingrediente que pueda sensibilizar el área. 

Se sugiere aplicar crema hasta que la costra desaparece y la piel recupera su capacidad de retener el agua y humectación.  

La suplementación con colágeno hidrolizado puede ayudarte a cicatrizar, preservar mejor los colores y diseños de tus tatuajes. 

Recordemos que, en la dermis podremos encontrar una intrincada red formada por el colágeno y la elastina. Esta red brinda soporte y también encontramos venas, nervios y sistema linfático. 

Sin embargo, a partir de los 21 años, la producción y funcionalidad del colágeno comienza a disminuir.

Cuando la aguja ingresa en nuestra dermis para depositar el pigmento, algunas fibras de colágeno pueden dañarse. Las mismas serán reemplazadas por nuevo colágeno generado por los fibroblastos. A su vez, la formación de la cicatriz es un claro ejemplo de la actividad y rol del colágeno. 

Mantener la hidratación y humectación en la piel es esencial para que tu tatuaje se cure rápido, y mantenga los colores vibrantes y las líneas finas. 

Incorpora el colágeno hidrolizado en tu dieta y disfruta de uno de los múltiples beneficios de la suplementación de la mano de Giovegen

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